Vergüenza corporal, dietas y culpa: uno de los temas más tratados en mis sesiones de psicología online y consulta presencial de Tenerife

En la consulta, he observado cómo muchas mujeres luchan diariamente con la vergüenza corporal y la culpa, especialmente aquellas que han crecido en una cultura de dieta. Estas emociones no solo afectan su relación con la comida, sino también a su bienestar general.

¿Qué hay detrás de esta conexión entre la vergüenza corporal, las dietas y la culpa?

Cada uno de estos conceptos es muy amplio, complejo y delicado, así que te iré hablando de ellos en diferentes publicaciones.

Hoy, presentaré el entrante. Cómo estos conceptos se entrelazan y qué puede ayudarte para romper este ciclo perjudicial.

Empezaré hablándote del inicio. La construcción de nuestra imagen corporal.

 

LA CONSTRUCCIÓN DE NUESTRA IMAGEN CORPORAL

La imagen corporal es la representación mental que cada persona tiene de sí misma sobre su propio cuerpo y sobre cómo se siente y se comporta con respecto a él. Esta imagen no es innata, sino que depende de nuestra historia de vida y de la imagen percibida y proyectada por los demás, especialmente por nuestra madre. Un aspecto crucial es cómo nuestras figuras parentales influyen en nuestra autoimagen.

¿Qué niña no necesita el reconocimiento de su madre? ¿Qué niña no requiere de una mirada maternal compasiva, de amor y de aprobación?

Se ha observado que, las niñas cuyas madres tienen una relación negativa con sus cuerpos son más propensas a desarrollar inseguridades similares.

Y no me extraña.

Aprendemos lo que vemos. Y nos vemos cómo nos han visto.

Por esta razón el cuerpo, es solo un foco hacia donde ponemos la mirada, porque es más fácil de cambiar que reconocer aquello que más nos duele.

Lo que no tuvimos ó lo que nos faltó.

Esto explica que si ya en la infancia estás programada para rechazar tu cuerpo, conforme vas creciendo, continuarás con esa dinámica.

¿Y cómo no ibas a querer cambiarlo? ¿cómo no ibas a querer ponerte a dieta? Algo que tu madre hacía o te decía que hicieras.

Pero insisto, el problema no es tu cuerpo. El problema no eras ni eres tú. Sino la forma en la que fuiste vista.

No estoy culpabilizando, cada una tiene sus cargas, sus historias. Y enseña lo que aprendió. Sin embargo, ahora como adulta puedes cambiar la mirada que tienes hacia ti.

Esta es la clave.

 

LA COMIDA ES UNA FUENTE DE NUTRICIÓN Y PLACER, NO UN CAMPO DE BATALLA INTERNO.

La relación de la vergüenza corporal y la culpa con la comida es más clara.

La comida se convierte en el recurso para poder lidiar el malestar. La comida es el refugio. La comida es lo que podemos “controlar” para conseguir el objetivo que queremos alcanzar.

Hemos aprendido que el tipo y la cantidad de comida es el factor principal que hace que tengas el cuerpo perfecto e ideal para que te quieran.

Para que tu madre te quiera.

Si la comida es el medio y no el fin, ¿cómo vas a tener una buena relación con la comida?

La comida alimenta y nutre mucho más que nuestro cuerpo físico, alimenta muchas áreas de nuestra vida. Por esta razón, si lo usas como un medio para conseguir algo, más que darle su lugar, se convierte en una obsesión y en un enemigo.

Una relación saludable con la comida no es cuestión de fuerza de voluntad, no se trata de estigmatizar y categorizar los alimentos. Para empezar a tener una relación adecuada con la comida, hay que empezar por una misma. Conocerte, cuidarte y darte lo que necesitas.

Comprender por qué y cuándo empezaste a relacionarte así con la comida.

Qué estaba pasando en ese momento de tu vida y sobre todo qué necesitabas y no tuviste.

Cuando lo exploras y vas descubriendo tus necesidades y cómo satisfacerlas, tienes autoridad y  libertad sobre ti misma.

Puedes elegir la comida para poder calmarte o puedes elegir pasear o descolgar el teléfono para compartir cómo te sientes con alguien.

Tener opciones te da libertad.

Aquí la culpa se hace más pequeñita, no tú.

Algo que puede ayudarte, para empezar es preguntarte, cuando sientas el impulso de comer ¿Hay algo que necesito y que no me estoy dando? ¿Desde qué lugar voy a comer?

CONSTRUIR CAMINOS HACIA LA AUTOACEPTACIÓN

La terapia psicológica es muy útil para ayudarnos a aceptar nuestros cuerpos y mejorar nuestra relación con la comida. Fomentando una actitud más positiva hacia la alimentación, nuestro cuerpo deja de ser un objeto de crítica y se convierte en un reflejo de nuestra salud y bienestar general.

Aceptar y amar nuestro cuerpo es un viaje continuo y a veces puede ser desafiante, pero es uno de los actos más liberadores que podemos realizar por nuestra salud mental y emocional. Recuerda, no estás sola. Buscar ayuda profesional y rodearte de un entorno positivo, son pasos cruciales para lograr una relación equilibrada con tu cuerpo y la comida. Celebra cada pequeño avance y mantén la vista en el objetivo de vivir una vida plena y feliz, libre de la vergüenza y la culpa.

Si te identificas con estos aspectos, recuerda que buscar apoyo profesional puede ser un paso importante hacia tu felicidad y autoaceptación.

 

SI TE HA GUSTADO ESTE POST SOBRE » Vergüenza corporal, dietas y culpa: uno de los temas más tratados en mis sesiones de psicología online y consulta presencial de Tenerife»  SEGURAMENTE TE INTERESARÁ…